¿Existen contraindicaciones del aceite de oliva?

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Publicado el 22 nov 2023

Los beneficios del consumo de aceite de oliva virgen extra están bien extendidos y asociados en la sociedad, pero ¿qué ocurre con los posibles efectos adversos? ¿Existen contraindicaciones del aceite de oliva? ¡Resolvemos tus dudas!

No existen contraindicaciones del aceite de oliva

El aceite de oliva virgen extra es un producto 100% natural, elaborado exclusivamente a través de procedimientos mecánicos, sin conservantes ni colorantes. Por tanto, podríamos decir que a priori no hay efectos secundarios del aceite de oliva.

Incluso, cada vez son más las propiedades beneficiosas que se van descubriendo sobre el consumo del aceite de oliva virgen extra. Todas las personas, independientemente de su edad o condición física, pueden tomarlo. ¡Hasta está recomendado el consumo del aceite de oliva virgen extra en personas con colesterol alto!

Muchas de las contraindicaciones del aceite de oliva virgen extra que existen sobre su consumo son mitos que vamos a desmitificar enseguida:

El aceite de oliva engorda

A pesar de ser un producto de gran aporte calórico, las personas con obesidad pueden tomar aceite de oliva virgen extra. Sin embargo, comparado con otras grasas vegetales, el aceite de oliva virgen extra tiene muchas menos calorías, de las cuales la gran mayoría pertenecen al grupo de las grasas monoinsaturadas, las grasas saludables por excelencia.

Por lo tanto, el consumo moderado de aceite de oliva virgen extra no engorda.

El aceite de oliva causa diarrea

El aceite de oliva virgen extra puede funcionar como lubricante, pero no causa diarrea. Las propiedades del aceite de oliva ayudan a tener una buena digestión. Por lo que, en lugar de reducir el consumo de aceite de oliva en caso de diarreas, busquemos cuál es el auténtico origen de ese problema.

El aceite de oliva hace daño a las personas diabéticas

El aceite de oliva virgen extra no hace daño a las personas diabéticas. Una dieta rica en grasas monoinsaturadas reduce los niveles de glucosa en sangre, el colesterol LDL (colesterol malo) y los triglicéridos; lo que provoca una menor dependencia de la insulina inyectada.

Incluso, el aceite de oliva puede llegar a reducir los niveles de azúcar en la sangre y la presión arterial.

El aceite de oliva provoca colesterol

Esto es completamente falso. El aceite de oliva virgen extra, consumido de forma moderada, reduce los niveles de colesterol LDL. ¡Y no solo eso! Aumenta los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno), equilibrando así los niveles normales de colesterol.

La Fundación Española del Corazón, además de cientos de médicos, recomiendan el consumo de aceite de oliva virgen extra en lugar de cualquier otra grasa para reducir los niveles de colesterol y cuidar de nuestra salud cardiovascular.

El aceite de oliva no debe usarse para freír

El aceite de oliva virgen extra sí puede usarse para freír y, de hecho, debe utilizarse. A pesar de las creencias, el aceite de oliva virgen extra puede alcanzar una temperatura de unos 180º sin degradarse, siendo necesarios unos 160º para freír.

Además, utilizar aceite de oliva para freír proporciona a nuestros alimentos una capa protectora, la cual impide que el aceite penetre en el interior de los mismos y cambie así su sabor. Incluso, los alimentos fritos adquieren parte de las propiedades beneficiosas del aceite de oliva al haber sido cocinados con él.

El aceite de oliva no debe usarse en pieles grasas

Una de las propiedades más extendidas respecto al uso de aceite de oliva es aplicarlo en nuestra piel. Sin embargo, existe el mito de que el aceite de oliva no es apto para aquellas pieles o cabellos grasos o con tendencia grasa.

Lo cierto es que puede usarse en ambas ocasiones. Para pieles grasas, se realiza la doble limpieza: primero se aplica aceite de oliva y después se limpia el rostro con un limpiador específico. En el pelo, basta con no aplicar el aceite de oliva directamente sobre el cuero cabelludo, con aplicarlo de medios a puntas es suficiente.

La realidad es que no se ha demostrado ningún efecto nocivo o contraindicaciones del aceite de oliva. Sin embargo, sí que puede existir una pequeña posibilidad de generar una reacción alérgica en caso de no tolerar ese ingrediente.

Excluida la posibilidad de reacciones alérgicas, se puede consumir aceite de oliva virgen extra de forma moderada y sin preocupaciones. No solo no hay contraindicaciones reconocidas, sino que, por el contrario, el aceite de oliva se asocia con numerosos beneficios para la salud.

¿Por qué no debe tomarse en exceso el aceite de oliva virgen extra?

El aceite de oliva virgen extra es una grasa y, como tal, aporta 884 calorías por cada 100 gramos o, lo que es lo mismo, 9 calorías por gramo. Pero también aporta vitaminas, como la vitamina E, ácido oleico, grasas monoinsaturadas, polifenoles… Por lo tanto, debe ser la principal grasa de tu dieta (entendiendo que hablamos de dieta como hábitos alimentarios y no como una dieta restrictiva).

Los expertos recomiendan un consumo moderado de aceite de oliva virgen extra. ¿Y de cuánta cantidad estamos hablando exactamente? Al día, debemos consumir unas cuatro o cinco cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra repartidas en modos de cocción, consumo en crudo, aliños… Es decir, debemos repartir esa cantidad de aceite de oliva entre las tostadas del desayuno, en el aceite que añadimos a la sartén para cocinar el almuerzo y en el que utilizamos para aliñar las ensaladas de la noche, por ejemplo.

¿Y qué ocurre si un día consumo más cucharadas de aceite de oliva virgen extra de las recomendadas? Absolutamente nada. Como ocurre siempre, la clave está en el equilibrio. Si un día te excedes en el consumo de aceite de oliva virgen extra, no pasa nada, no existen contraindicaciones. Sin embargo, si abusas del consumo de aceite de oliva virgen extra, probablemente estarás ingiriendo más calorías de las que necesita tu organismo y aumentarás de peso, con todas las consecuencias y efectos nocivos para la salud que ello conlleva.

¡Aunque lo de subir peso es relativo! Recuerda que llevar una vida saludable y activa es fundamental para gozar de una buena salud y estar sanos. Por lo que va mucho más allá de si tomamos el consumo recomendado de aceite de oliva virgen extra al día, aunque sin duda es un gran paso a seguir.

Propiedades saludables del aceite de oliva

Son tantas las propiedades nutricionales del aceite de oliva que puede hacerse un listado completo con las principales propiedades curativas del aceite de oliva.

Dentro de los beneficios más importantes, o al menos más conocidos, se menciona el cuidado del corazón como el principal. El aceite de oliva virgen extra es el mejor aliado cuando se trata de la salud cardiovascular, puesto que contribuye con la disminución de los niveles de colesterol y, por ende, con la posibilidad de desarrollar cualquier tipo de enfermedad cardiovascular.

De igual modo, consumir aceite de oliva virgen extra de forma razonable produce un efecto vasodilatador en las arterias.

También es un alimento ideal para reducir el riesgo de desarrollar diabetes. Diversos estudios han demostrado que el aceite de oliva contribuye con la prevención de diabetes tipo 2 al estimular la secreción de insulina y al reducir la amilina, la cual destruye las células que producen insulina.

Las propiedades antiinflamatorias del aceite de oliva pueden ayudar a reducir la inflamación de nuestro organismo, un factor clave en el desarrollo de muchas enfermedades crónicas. Además, el consumo regular de aceite de oliva virgen extra se ha relacionado con una mayor protección contra las enfermedades neurodegenerativas.

Igualmente, el consumo de aceite de oliva virgen extra está relacionado con una mayor esperanza de vida, con un mejor funcionamiento de nuestro cerebro, con un buen funcionamiento del sistema digestivo, con el control del peso corporal, con un menor riesgo de padecer cáncer, con la protección de nuestro sistema inmune…

Cabe recalcar que no estamos poniendo al aceite de oliva virgen extra como la cura para muchas enfermedades, sino que es una buena herramienta para tener una mejor salud que puede ayudar (entre muchos otros factores) a evitar el desarrollo de determinadas enfermedades. En el contexto de cualquier enfermedad, es de vital importancia consultar con un médico y tener en cuenta siempre sus consejos y recomendaciones.

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